Saludos a todos los amantes del flamenco y la guitarra! Compartimos este tutorial de Gerónimo de Carmen con la falseta por fandangos más fácil de aprender, una pieza emblemática del fascinante mundo del flamenco cuyo autor es el maestro Rafael Morales.
El Compás del Fandango
Antes de adentrarnos en los detalles de la falseta, es crucial comprender el compás característico del fandango de Huelva. Este palo flamenco se distingue por su ritmo apasionado y cadencioso. En términos de pulsaciones, el fandango suele adoptar un compás de 3/4, brindando un espacio único para expresar la riqueza emocional de la música flamenca.
Si no estás familiarizado con el ritmo del fandango, Gerónimo te lo explica en el siguiente video:
Ritmo de Fandangos de Huelva
El fandango de Huelva es un ritmo que, si ya dominas las sevillanas, te resultará familiar. Para aquellos que aún no han explorado este fascinante compás, no se preocupen! Aquí una guía paso a paso para que puedan comenzar a disfrutar de los fandangos de Huelva.
Los Acordes Esenciales
Antes de sumergirnos en el ritmo, es crucial familiarizarnos con los acordes que utilizaremos. En el mundo de los fandangos de Huelva, nos movemos entre los acordes de Mi mayor, La menor y Fa mayor sin la sexta cuerda. Estos acordes forman la base armónica sobre la cual construiremos nuestro apasionante viaje musical.
Ritmo a 3 Tiempos
El corazón de los fandangos de Huelva late al compás de 1-2-3, proporcionando una cadencia característica que resuena con la esencia flamenca. Siguiendo la tradición de las sevillanas, en el primer tiempo, nos sumergimos en el acorde de Mi mayor, marcando cada compás con un descenso del pulgar seguido de un rápido rasgueo ascendente con el índice. Este juego de tonos y ritmos nos lleva a la intensidad de La menor en medio tiempo y finalmente a una explosión completa en La menor a tiempo completo. La guitarra se convierte en el vehículo que guía nuestras emociones a través de este viaje musical apasionante.
Secuencia de Rasgueo
La magia de los fandangos de Huelva reside en la destreza del guitarrista para dominar la secuencia de rasgueo. Desde la cuarta cuerda, descendemos con el pulgar en Mi, para luego ascender con el pulgar en la sexta y el índice en la primera. Este juego de pulgar e índice, acompañado de sugerentes rasgueos, crea una danza melódica que transporta a oyentes y músicos a la esencia misma del flamenco.
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